lunes, 31 de enero de 2011

Tamalito o Pucken

Una de las primeras cosas que me han contado sobre los bebés es que como no saben que sus manos son sus manos (otro síntoma de lo verdaderamente indefensos que nacemos frente a otras especies), cuando se duermen se golpean con ellas y se asustan y no consiguen dormirse. Yo esto no sé si será del todo cierto porque parece que solo desconocen que tienen esos apéndices a la hora de las siestas y ya no te digo cuando llega la hora de dormir por la noche. El caso es que una de las soluciones que se proponen para evitar que se asusten de esta manera y se despierten (que ya tienen ellos motivos de sobra para despertarse, el chupete, un ruido, el hambre, el pis y la caca...vamos, que no es necesario darles ni uno más) es embutirles y que parezcan un kebab. O tamalito como dicen en Sudamérica o usando un pucken como los llaman en Alemania. Atraparles bien los bracitos para que no anden por ahí danzando y molestando. El caso es que yo lo había intentado un par de veces estas Navidades sin mucho empeño y sin ningún éxito,  pero ayer una amiga me dijo que a ella le funcionaba algunas noches y como mi hija lleva tres días de un insoportable considerable, pues dije, hala, a ser un tamalito (me encanta esta manera de llamarlo, por cierto). La embutí y me quedé con ella diciéndole que no pasaba nada y explicándole por qué hacía eso (ya sé, ya sé que no lo entiende, pero de algo hay que hablar). A los dos minutos (qué digo dos minutos, serían 30 segundos!) entró en un estado de cólera importante y resistí unos cinco minutos...luego pensé, ya la he liado lo suficiente, la idea del tamalito me va a costar un berrinche y media hora en brazos más el rato laaaargo que tarde en dormirse. Así que la saqué. El tamalito no me funciona. Yo ya lo intuía, para qué me voy a engañar, mi hija no para de mover los brazos ni un solo segundo, no aguanta ni ir en el carro con ellos tapados aunque haga 3º como ayer...pero la desesperación por que duerma más seguido me hace hacer estas pruebas. No te digo yo que no lo vuelva a intentar...

Los motivos...

Dos meses y medio con un bebé en casa y de baja maternal creo que es suficiente motivo, pero me explayaré: desde hace más de esos dos meses y medio solo hablo/escucho cosas de bebé, la conversación más larga que mantengo hasta las siete de la tarde consiste en cuarto de hora de ruiditos indescifrables y gorgeos, mi mejor amigo actualmente es Carles Francino (sí, el de la radio), hemos estado en el pediatra/enfermero unas 6-8 veces en este periodo y todas y cada una de las veces he salido igual o peor que he entrado, en el historial de búsquedas de mi ordenador solo aparecen "vómitos amarillos,  reflujo, color de las cacas"como palabras mas buscadas, me leí Estivill y me convenció, me leí "Bésame mucho"y empecé a sentirme culpable por haberme dejado convencer por Estivill, he pasado las Navidades en casa de mis dos familias con lo que ya he pasado por lo de pensar que todo el mundo sabe lo que le pasa a mi hija menos yo (y además generalmente es que tiene frío) y, seré una mamá rara o simplemente "malamadre" pero esa historia de que la maternidad es desde el minuto uno maravillosa...pues yo ya no me la creo.
Estos son más o menos mis motivos para empezar (e intentar seguir) con un blog, porque ya que no entiendo casi nada de todo este asunto que es la maternidad, por lo menos ver la parte positiva (y graciosa) de todo esto.