jueves, 3 de febrero de 2011

Un pintalabios rojo

Una de las cosas que no sabía de la baja de maternidad, es que a poco que te descuides te acabas convirtiendo en "la chica del pijama". Los primeros días, incluso semanas, es comprensible, no sabes de dónde sacar un hueco para ducharte con tranquilidad, no digamos ya para ponerte la mascarilla del pelo. Si no te duchas ya empiezas mal, porque tampoco te arreglas mínimamente. Maquillarte ya no digamos. Además aún quedan restos de esos kilos del embarazo y yo cogí tanta manía a los dos pantalones y camisas que tenía (prestados, que si no los habría quemado), que el día que llegué del hospital los metí en una bolsa y los escondí (bien escondidos porque ahora mismo ni idea de dónde están) en lo más profundo del trastero, así que no pensaba sacarlos. Así que me pasé en torno a dos semanas con unos leggings negros y algunas camisetas viejas. Las dos semanas fueron las que tardé en abandonar la lactancia (esta es otra historia, demasiado larga para incrustarla aquí). Durante esos quince días me salieron grietas y me dijeron que tenía que estar con las tetas al aire el mayor tiempo posible. Claro, en veranito eso es fácil, pero en pleno noviembre con un frío importante, lo único que se nos ocurrió fue coger todas esas camisetas viejas y hacerles agujeros para no cubrir las tetas. Esto ya fue la guinda del pastel en cuanto a mi deplorable aspecto. También me dijeron que les tenía que dar el sol (sí, sí, a las lolas), como en invierno el sol brilla por su ausencia y mi casa tiene ciertas limitaciones añadidas, pues en cuanto se colaba un rayo de sol en mi salón ahí que me iba yo, la vecina de enfrente (gracias que debe ser anacoreta y ha abierto tres veces en un año sus ventanas) debió alucinar si me pilló alguna vez. Mi novio quiso hacerme alguna foto, pero obviamente me negué.
No es necesario llegar a este estado de dejadez, no tener que agujerear camisetas ayuda mucho de cualquier manera. Poco a poco yo me he ido imponiendo la costumbre de que en la primera o segunda siesta matutina de la niña (mejor en la primera y rápidamente porque no sabes lo que va a durar ni si va a haber segunda) me arreglo casi a conciencia. Incluso hay veces que me marco un vestido, toma. Y me maquillo, aunque yo soy de cara lavada de toda la vida, ahora me maquillo. Lo último es que me compré un pintalabios rojo, muy rojo, y me lo pongo para estar en casa. Me siento mamásuperglamurosa.

1 comentario:

  1. jajajaja!! Buenísima la imagen de una recién mama, con esos pechos que se ponen "menos bonitos" por decirlo de alguna manera, con camiseta gigante antisexy, seguramente dde su pareja para que sea más grande y además, para más inri, con los agujeros para llas lolas!! Increíble! Nunca me había imaginado algo así! Pero si además te has de poner a tomar el sol!! Bueno...no tiene desperdicio!! Lo que tiene mérito, es que nuestras parejas, después de estas imágeenes, tengan ganas de haacer el amor con nosotras!!! Yo pensaba que lo peor para la sexualidad era el embarazo, pero veo que aun quedan mommentos difíciles!! :D

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