domingo, 6 de marzo de 2011

Pediatras para qué os quiero...

Cuando vamos al pediatra (a la pediatra en nuestro caso) llevamos una lista bastante extensa de "ruegos y preguntas" que hemos ido confeccionando entre una visita y otra. Son fundamentalmente preocupaciones y neuras de mamáprimeriza, pero chica, qué le vamos a hacer, es lo que hay y no creo que sea la primera ni la última que lo hace. Hago listas porque me encanta hacer listas y también porque con el embarazo debí perder bastante neuronas y mi memoria ya no es la que era (con lo orgullosa que estaba yo). El caso es que por muy detallada y meditada que sea la lista, entro con ella y salgo con una nueva retahíla de dudas que me ha generado la simple conversación con la pediatra y que tendré que esperar un mes a resolver casi por simple vergüenza, porque me da como palo volver a la consulta a los 5 minutos y soltarle "mira, que es que soy muy burra y no me entero de nada, ¿me puedes explicar esto, esto y esto?". 
También llevo más o menos pensado un discursito que hila unas preguntas con otras, pero no sé si es la praxis general de los pediatras o es que la mía es una sota, pero no me da nada de cancha para explayarme, me suele cortar rapidito como queriendo que me vaya de la consulta. La última vez BB llevaba casi tres semanas con una histeria importante, sobretodo para dormirse. Se lo conté y le pregunté si de alguna manera yo podía ayudarla a conciliar mejor el sueño, y me suelta "pues hija, métela en el coche y vete a recorrer la ciudad, verás como se duerme". Vaya, vaya...y yo pensando en qué sería mejor para mi hija, y lo único que tengo que hacer es coger el coche a las 4 de la mañana y ponerme a dar vueltas por Madrid...¡¡seré tooooonta!!. 

El jueves pasado fuimos a revisión de digestivo, por lo del reflujo, que no para y lleva unas semanas que parece que empeora. La de digestivo parecía maja, pero claro, ¡¡no vayas a dudar de la palabra de un pediatra!! ¡¡Locaaaaaa!!. A esta se me ocurrió comentarle que me habían dicho que igual la leche de fórmula que toma es un poco fuerte para ella (se tira infinitos pedos y puede eruptar tranquilamente diez veces entre toma y toma) y que si no mejoraría el tema del reflujo al cambiar de leche o por lo menos intentarlo. Pues en vez de explicarme porqué ella como profesional considera que no sirve para nada, lo único que me dijo fue "tú verás de quién te fías". Y a punto estuve de decirle ¡¡pues de nadie!! ¡¡cómo me voy a fiar si es que no hay quien entienda nada!!. También me dijo que no se me ocurriese usar leche antirreflujo, que son más espesas y los bebés vomitan menos pero tardan más en hacer la digestión y suele empeorar la cosa. Hace dos meses la pediatra de cabecera me dijo que le diese leche AR...pero por algún motivo, llámalo mi primera intuición de mamá, no se la di. 

Y mi duda ahora es, ¿vuelvo al pediatra con mis listas a ver si resuelvo algo o me limito a ir a que la pesen, midan y pongan vacunas y ya veré yo lo que hago con mis dudas? Por ahora gana la opción b. 

PS. LLevamos 14 días sin la toma de madrugada...sigo sin fiarme un pelo de que esto se convierta en norma. Cualquier día me sorprende...

1 comentario:

  1. Yo tengo un amigo "papáprimerizo" que dice que sería un inventazo las alfombras con textura de adoquines, para no tener que salir a la calle de noche con el carrito para que la niña se duerma... ;-)

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