martes, 2 de agosto de 2011

Mamitis

Cómo deseo que le entre de una vez la mamitis a esta hija mía...Pero es que nada, le da igual atún que betún, todos los brazos y todos los besos le deben parecer iguales, porque no hay manera de que me prefiera, ni siquiera un rato. ¿Es por naturaleza así o la hemos hecho una desdolida? ¿o es solo cuestión de tiempo? La verdad es que la veo mucho más dispuesta a enamorarse de su padre que de mi...en fin...dicen que pasa...Pero eso me hace preguntarme ¿por qué las mamás queremos/deseamos/anhelamos el momento en el que nuestros hijos nos descubran indispensables? Lo he estado pensando estos días (en los 5 minutos que me quedan libres y que además aprovecho para ducharme...) y creo que en mi caso es porque creo que es como una justa recompensa o algo así, por los desvelos, por las horas, por los llantos, por los esfuerzos, por el sueño y sobre todo por ese amor, esta vez sí, incondicional, absoluto, casi diría extremo. 
No es que no quiera que no quiera a su padre, solo es que quiero que me quiera más a mi!!! Un ratito al menos...